El dia sabado pude constatar una ves mas, la importancia de la gratificación espiritual sobre la monetaria.

Eran al rededor de las 9.30 am, cuando arribe al punto de alfabetización digital en cual me tocaba trabajar.

Ya a las 9:50 am estaban llegando nuestros alumnos, nuestros alfabetizados, todos muy nerviosos, ansiosos e incluso desconfiados, y cuando digo todos, me refiero a alumnos y alfabetizados. Pero mas que eso, todos con el nimo suficiente como para salir adelante y lograr nuestro objetivo.

A las 10:15 am, (15 minutos tarde, según margen de error nacional) comenzamos la experiencia de alfabetizadora con un grupo bastante diverso. Co-existián jóvenes de 20 y tantos con adultos de 60 y tantos, y aunque el nivel comunicacional podría haber fracasado, dado la diversidad que había en esa sala, avanzamos con paso agigantado.

En nuestro Break (o descanso en lengua propia), efectuado a las 11:30 am, ya hubo un ambiente de total distención y relajo, todos conversabamos con todos, el humo de uno u otro cigarro era eco de nuestras risas y emotividad.

Al finalizar la clase, a las 13:00 horas, solo esperabamos que esta semana corriera rapida para poder volver a encontrarnos con la misma energia y vitalidad, donde ya no habían diferencias hetarias, de genero, religion o lo que fuera que pudo habernos dividido. Porque esa es la real tolerancia, compartirnos, vivirnos hy sobre todo aceptarnos y cohesionarnos con un fin común.
A Buen Entendedor, Pocas Palabras.