Alguna vez quise ser adminitrador de empresas de turismo. Sin pensarlo quedé seleccionado en la Universidad Austral de Chile (Valdivia) donde recidí durante 3 años, internandome en sus aulas, en sús ríos y en su lluvia, para finalmente darme cuenta que muy a pesar de tener un ofrecimiento de trabajo en Isla de Pascua, un postgrado ad-portas en cancún y un proyecto de tésis muy avanzado... muy a pesar de todo, eso no era lo mio.
Alguna vez simplemente no quise ser. Desee dedicarme a vagabundear por el mundo, a recorrerlo con mi artesanía a cuestas y unas cuantas ropas que me cubrieran en los tiempos de frío.
Ahora, ya decidido a ser un profesor de castellano, español, lenguaje y comunicación o como quieran llamarlo, es que mi llamado al servicio social, en realidad, a la revolucion social (bien entendida) es mucho mas fuerte, y no solo de mi parte, sino del gran grupo de gente que me rodea, apoya y confía en mi.
En estos momentos lo que menos se me pasa por la cabeza es dejar mi carrera, que con el paso de los años me apasiona aun más, ya que tengo la firme convicción que desde mi puesto de futuro docente aportaré a la revolución social de la cual tanto hablamos, pero ahora se que le podré hacer desde los cargos que se me estan asignando, porque con el apoyo del equipo, los amigos y es personita especial, lo lograremos.
Pd. sorpresivamente mi amigo Claudio Altamirano (presidente electo de la federacion de estudiantes) me pidió que fuera una parte fundamental de su equipo de FEUT, lo cual se suma a ser director de AtinaUta y vicepresidente de mi carrera.
Siempre he pensado que cuando uno siente vocación por lo que decide estudiar ya ha conseguido más de la mitad del esfuerzo que necesitará para alcanazar lo que desea en el terreno profesional.
Yo he tenido siempre demasiadas vocaciones, eso me ha hecho dispersa y me ha impedido decidir qué es lo que realmente desearía hacer...
Un abrazo